Sunday, November 1, 2009

SINDICATOS AMARELOS NÃO É SÓ POR CÁ...

¿Derechos laborales o xenofobia?
La huelga del campo cordobés refleja el difícil equilibrio entre crisis e inmigración
MANUEL J. ALBERT - Córdoba - 01/11/2009



Palma del Río. Viernes. Una de la tarde. En la explanada de aparcamientos de un supermercado del pueblo más de un centenar de jornaleros se concentran portando banderas y pancartas. Acaban de volver de las explotaciones agrarias que dan fama a este pueblo cordobés del valle medio del Guadalquivir. Son piquetes informativos del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que han parado el trabajo en los almacenes y fincas de todo tipo de cultivos.

"Los que trabajan fuera del convenio lo hacen porque, si no, los echan"
Están en huelga desde el lunes. Protestan porque, según ellos, hay empresarios que prefieren contratar a peones inmigrantes no arraigados en el pueblo, a los que pagarían por debajo del convenio, trabajando más horas de las establecidas. Braceros que, en resumen, saldrían más económicos que los locales, por lo que los agricultores prescinden de estos últimos, que siguen en el paro, en plena campaña de la naranja. Patronal, CC OO y UGT no secundan la huelga. Algunos alcaldes de la zona reconocen que las irregularidades existen (aunque no haya denuncias en la Inspección de Trabajo) y piden que se prime la contratación de trabajadores censados en la comarca, ya sean españoles o extranjeros, que se limite la llegada de foráneos traídos por empresas de trabajo temporal y que se pague a todos por igual, según lo acordado.

El conjunto de problemas supone un cóctel potencialmente explosivo. Por un lado, hay trabajadores desempleados procedentes del mundo agrario o de sectores en caída libre, como la construcción y la hostelería, que han vuelto a demandar trabajo en el campo. Pero, por contra, la campaña no está siendo muy buena y la necesidad de brazos no es muy alta. Y para terminar, existe una presencia de cuadrillas de extranjeros (muchos de ellos de la UE, con plenos derechos laborales en España) que no están censados en los pueblos y a los que, según el SAT, no se les aplica el convenio y se les explota.

Tanto la asociación agraria Asaja (patronal) como algunos sindicatos (UGT) han tachado el paro de racista. En un esfuerzo por hacer ver que la xenofobia no mueve sus reivindicaciones, algunos jornaleros inmigrantes se unieron el viernes a los piquetes y a las concentraciones del SAT. Georgeta Ciorpom, rumana de 24 años, se movía ágil entre los trabajadores reunidos bajo el sol implacable, arengando a los concentrados en los aparcamientos. Armada con un megáfono gritaba a sus compatriotas en rumano: "Nu plecati, trebuie sa fin uniti [no os vayáis, debemos estar unidos]". Georgeta vive en Palma del Río desde hace seis años. Cuatro de ellos los ha trabajado en el campo. Ahora, como muchos, está parada. Luciendo una gran pegatina del SAT en la camiseta, afirma que no nunca ha tenido problemas de racismo en el pueblo y niega que haya ninguna raíz de ese tipo en las reivindicaciones de los braceros. "Los que trabajan sabiendo que no cumplen el convenio, lo hacen porque, si no, los echan a la calle. Nadie quiere hablar. Algunos tienen miedo. A otros les da igual. Yo misma he trabajado de esa manera otras veces, pero ya estoy harta. Estoy harta de que me exploten. Quiero tener mis derechos", explica.

Junto a ella está Alexander Soyko, de 27 años, quien vino de Ucrania hace seis, cuando el sector de la construcción vivía sus momentos más dulces y emplear a un carpintero como él era muy fácil. "Pero con la crisis me quedé sin trabajo y me tuve que ir al campo a ganar dinero". Dice que las cuadrillas con las que ha trabajado son de españoles, "y me han tratado bien". De su discurso se desprende que no siempre se ha cumplido el convenio en su tajo. "A veces trabajamos las seis horas y cuarto obligatorias. Otras veces lo hacemos por camiones. Si los llenamos antes de esas seis horas, nos vamos antes", reconoce. Una de las demandas que plantean los sindicatos es que se impida la recogida por cajas o camiones, pues lo consideran trabajo a destajo.

O DESCONTROLO IMIGRATÓRIO, RAPIDAMENTE NACIONALIZADO NO NOSSO CASO, É PAGO POR QUEM?E ATÉ QUANDO?OS INTERNACIONALISTAS E OS GOVERNANTES DEVEM SER RESPONSABILIZADOS...

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