Los olvidados de la generación Windrush
REINO UNIDO
1 MAY. 2018 03:17
Una mujer, en un acto de apoyo a la generación Windrush, en Londres. REUTERS
Inmigrantes caribeños en Reino Unido, bajo peligro de deportación
Theresa May nombra a Sajid Javid ministro de Interior tras la dimisión de Amber Rudd
Michael Braithwaite, de 66 años, es un hombre popular y conocido en el barrio de Gospel Oak, al norte de Londres, junto al parque de Hampstead Heath. Es común verle en las pistas de tenis del citado lugar con su nieta o jugando con un amigo. En los últimos dos años, Braithwaite ha vivido en silencio un calvario interno sin perder su sonrisa ni su amabilidad. El escándalo de la generación Windrush -inmigrantes caribeños que llegaron de 1948 a 1971 a Reino Unido y que se han visto amenazados por la posibilidad de ser deportados- le ha llevado a las portadas de los medios.El caso de Braithwaite empieza en 1961, cuando con sólo 9 años sus abuelos en Barbados le mandaron con sus dos hermanos a Londres, donde se encontraban trabajando sus padres. Su padre en Correos y su madre en un hospital. La familia se volvió a reunir de nuevo en la Madre Patria."Yo he vivido aquí toda mi vida, he sido profesor durante décadas, he tenido tres hijos y seis nietos, soy británico, me siento británico, está dentro de mí, no puedo ser otra cosa", dice Braithwaite con la naturalidad y el asombro que le produce tener que explicar una situación que le parece obvia.Hace dos años, optó por reducir su trabajo y solicitar una plaza de ayudante de profesor a media jornada en una escuela del barrio, dependiente del ayuntamiento de Islington, en lugar del de Camden en el que había trabajado antes. Le exigieron una tarjeta biométrica como documento migratorio, que no tenía. Se quedó sin trabajo y empezó el calvario para conseguir la tarjeta que, según él, "viene a ser la Green Card estadounidense". "Primero tuve que demostrar mis contribuciones a la Seguridad Social desde 1978, después me pidieron que lo hiciera desde 1973, cada vez iban más hacia atrás", explica Braithwaite.La tarjeta biométrica fue introducida en Reino Unido bajo la entonces ministra de Interior, Theresa May, hoy premier británica. "Durante dos años he sufrido una tortura mental, temía al timbre de la puerta, por la noche subía a la colina de Parliament Hill a ver la ciudad porque se me iba de las manos y yo no podía dormir pensando qué me iba a pasar, las cartas del Ministerio del Interior continuaban llegando, busqué un abogado pero las misivas continuaban llegando tratándome de ilegal con la amenaza de ser deportado: adónde, me preguntaba a mí mismo", recuerda. "Sólo he regresado a Barbados por la muerte de mis padres, es un país caro para mi poder adquisitivo, viajar por Europa sale más barato", añade Braithwaite, quien todavía mantiene el pasaporte de su país de nacimiento.Hace unas semanas coincidieron dos cosas: Braithwaite y su abogado optaron por hacer público su caso a través del Channel 4 y coincidiendo con la cumbre de la Commonwealth, celebrada en Londres. Braithwaite fue el primero en alzar la voz, aunque la generación Windrush se movilizó para aprovechar la reunión de la Mancomunidad de Naciones.El barco Empire Windrush llegó cerca de Londres el 22 de junio de 1948 -pronto cumplirá 70 años- dando nombre a una generación de caribeños que llegaron desde 1948 hasta 1971 a Reino Unido. La embarcación que daba nombre a la ola migratoria (524.000 ciudadanos de los cuales 57.000 se han visto afectados por las nuevas normativas) había sido adquirido a Alemania y rebautizado con el nombre de Imperio y el río Windrush, un afluente del Támesis.Además, dicho barco fue recreado en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2012 como orgullo patrio británico.Braithwaite fue el primer nombre que enturbió la grandilocuencia que Londres tenía prevista para la cumbre de la Commonwealth, pero no fue el único. A otro londinense en circunstancias parecidas, Albert Thompson, de 63 años, le negaron un tratamiento de cáncer por carecer de la tarjeta biométrica, a pesar de demostrar que residía en Londres desde la niñez y que era un ciudadano ejemplar sin ningún tipo de antecedentes. Un funcionario de un centro de retención de inmigrantes acabó internado en la cárcel que antes vigilaba.La ministra para Inmigración, Caroline Nokes, reconocía ante la Cámara de los Comunes que se habían llevado a cabo deportaciones de miembros de la conocida como generación Windrush.Braithwaite, al cabo de una semana de salir en la televisión, recibía la tarjeta biométrica, una llamada de Interior y otra del Alto Comisario de Barbados disculpándose del mal que le habían hecho. El director de la escuela le ha ofrecido el trabajo negado hace dos años. "Necesito un tiempo para reconciliarme con el timbre de la puerta y volver a las pistas de tenis a descargar el resentimiento".
"Aclarar el estatus de los afectados"
El diputado laborista David Lammy, de 45 años, se define como "orgulloso hijo de Windrush" porque sus padres llegaron a Londres desde Guayana y, por tanto, formaron parte de la llamada 'generación Windrush'. Lammy lleva la campaña en defensa de los afectados por las nuevas medidas inmigratorias. "Yo estoy a favor de una amnistía aunque no puede ser una amnistía porque eso implica haber hecho algo malo y esta gente no ha hecho nada malo; el Gobierno debe buscar una ruta humana para aclarar el estatus de los afectados". Lammy propone una nueva ley que incluya todos los asuntos de compensación, vivienda y derechos que tienen estos ciudadanos británicos, tildados de inmigrantes ilegales./ C.R.
~~~~~~~~~~~~~~~~
Victims of the Windrush scandal have been stunned by the political fallout triggered by their decision to go public with personal accounts of the catastrophic consequences of the Home Office’s decision to treat them as illegal immigrants.
Many were unsure whether to welcome Amber Rudd’s resignation or be concerned that a change in leadership at the Home Office might slow down efforts to try to resolve the catalogue of problems facing this generation of older, Commonwealth-born long-term UK residents who have no documents.
HÁ UNS TEMPOS LI QUE NO ZIMBABWE TIRARAM UMA QUINTA A UM BRANCO PARA DAR A UM MÉDICO PRETO DO ZIMBABWE QUE TRABALHAVA EM INGLATERRA!
A NOSSA RAPAZIADA ESTUDIOSA DAS ESCRAVATURAS E DOS COLONIALISMOS TAMBÉM NUNCA SE DEBRUÇOU SOBRE A LIMPEZA ÉTNICA DOS BRANCOS E SEM BENS.APESAR DE NOS SEUS ESCRITOS PROPAGANDISTICOS COPIADOS DOS TEORIZADORES DO INTERNACIONALISMO, SEMPRE JUDEUS CLARO, HAVER RESMAS DE REFERÊNCIAS A "AMIZADE DOS POVOS" E A LUTA ERA SÓ CONTRA O "REGIME".APESAR DISSO AGORA SÓ NOS QUEREM INUNDAR DE PRETINHOS QUE SALVAM A EITO POR TODO O LADO, IMPORTANDO O RACISMO, A XENOFOBIA PORQUE MEUS A MALTA CHEIRA TRAIÇÃO À DISTÂNCIA...
PS
HÁ ANOS E ANOS NO REINO UNIDO MAS NÃO TINHAM AFINAL "PAPÉIS"...COISA QUE AQUI NUNCA FALTA.É NA HORA...
No comments:
Post a Comment