Sunday, March 3, 2013

O ESCUDO É INEVITÁVEL...E COMO CONSEQUÊNCIA...

“España tendrá 10 años más de crisis y una devaluación interna del 30%”
El presidente del prestigioso instituto económico alemán aconseja a Rajoy que siga el modelo alemán

No debe ser fácil ser Angela Merkel. La canciller alemana lleva años dictando la política económica europea y se enfrenta, por el flanco izquierdo, a un nutrido grupo de brillantes economistas —los Stiglitz, Krugman, Blanchard y tantos otros— que consideran que las ideas neoliberales están incrustadas en las infraestructuras básicas de Berlín y de Europa, y que advierten que la austeridad no va a generar ni el crecimiento ni la confianza que nos prometían Berlín y Bruselas. Justo al otro lado, hay un segundo grupo que acusa a Merkel de blandengue. Sostienen que Berlín debería oponerse frontalmente a las políticas europeas, desde los rescates a las medidas extraordinarias del BCE, porque son una especie de placebo: la terapia equivocada que no va a conseguir más que retrasar el imprescindible y dolorosísimo ajuste que está por venir. Hans-Werner Sinn, presidente del influyente think tank alemán IFO, es quizá el máximo exponente de esa facción que reclama a Merkel que se oponga a casi todo, que sostiene que la oleada de austeridad no ha hecho más que empezar.

Controvertido, dogmático, con fama de riguroso y con ese aire peculiar que le dan la barba de Capitán Ahab y un poso ideológico que le convierte en una especie de Moby Dick de la economía, Sinn es lo más parecido a una estrella del pop entre los economistas alemanes. Sus libros —con títulos esperanzadores: ¿Puede salvarse Alemania?— se venden como rosquillas. Sus charlas llenan auditorios. Sus opiniones tienen una formidable tracción, hasta en la cancillería, a quien se enfrenta cuando considera que cede demasiado ante Europa. Agitador y propagandista de sí mismo, en el arranque de la crisis detonó todas las alarmas con un vaticinio apocalíptico: “Dentro de unos años, nuestros hijos se verán obligados a ir al Sur de Europa a recuperar nuestro dinero”. Ahora, proclama que el Sur tiene que acometer una sensacional devaluación interna, y que ya no hay excusas: eso o el final del euro. Llegado desde Múnich, Sinn recibe a este diario en la sede del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) en Bruselas. Pega duro. Pero curiosamente algunas de sus recetas coinciden con las de sus antagonistas más zurdos y neokeynesianos. Cosas de esa lasaña de complejidades en la que se ha convertido la economía europea.


P. El FMI, que no es precisamente heterodoxo, defiende la mutualización. Y mantiene que el exceso de austeridad europeo es contraproducente.

R. En la zona euro la austeridad es inevitable. Es un proceso extremadamente difícil, pero no hay alternativa. Algunos querrían menos ajustes. Lo entiendo. Pero menos austeridad supondría menos sufrimiento ahora a cambio de más dolor en el futuro y de aumentar el riesgo de ruptura del euro. No hay que hacerse ilusiones con el dolor que viene. Será duro. Las devaluaciones internas pueden ser crueles. Pero si algún país cree que va a ser demasiado, se puede salir del euro.

P. Es el caso de Grecia, según su tesis. ¿Y España?

R. No creo que España tenga que salir. Grecia sí: está en una situación tan desesperada, no podrá prosperar en el euro. Las actuales exigencias europeas sacrifican a una generación a un desempleo masivo. Portugal está en una situación similar.

ESTES SALVADORES DO PLANETA POR NOSSA CONTA AINDA NÃO SE DERAM CONTA QUE JÁ É O SEU ZÉ POVINHO A SABOTÁ-LOS...

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