Saturday, April 14, 2018

NOS ANOS 80 MUITO RAPAZ MORREU DE OVERDOSE E FICOU PARA SEMPRE AGARRADO.COM CONSEQUÊNCIAS DEMOGRÁFICAS.AGORA JÁ É MAIS SUBSTITUIR POPULAÇÕES...

Así es la nueva ruta de la heroína que llega a España

14 ABR. 2018 04:16



La droga que termina en un 'narcopiso' de Madrid o Barcelona sale de Colombia y Bolivia, cruza el Atántico y pasa por tres países africanos. El temido 'caballo' de los 80 ha vuelto.

La ONU alerta del repunte de la heroína en Europa

Marruecos, en un pequeño pueblo pesquero situado en las montañas del Rif que se convirtió hace años en uno de los principales puntos desde donde salen las gomas cargadas de hachís hasta las costas andaluzas. Faltan siete minutos para las cuatro de la madrugada cuando una decena de chavales del pueblo, la mitad de ellos menores de edad, empiezan a cargar en cadena la mercancía en las lanchas neumáticas. Lo que no saben es que los paquetes que se pasan de unos a otros no llevan dentro la demandada resina del cannabis, sino el caballo que hizo estragos en la España de los años 80. El mismo que ahora abastece los narcopisos que florecen de nuevo en las principales ciudades del país. En lo alto del puerto, frente al único restaurante que siempre está abierto a esas horas de la noche, un hombre que se cubre la cabeza con la capucha de la chilaba se enciende un cigarro tras otro mientras observa la escena con atención. «Ahora salen fardos de heroína bien camuflados, en pequeñas cajas y envueltos en cinta adhesiva marrón como si fuera hachís», asegura este tipo, a quien llamaremos Hamid y que, en realidad, es uno de los transportistas marroquíes que llevan la droga desde las naves-consignas de la montaña hasta la playa de Jebha.

Hamid es un camionero jubilado que explica cómo, en el último año y medio, la antigua ruta africana de la cocaína se está complementando con la de la emergente heroína, en un complejo viaje por el Atlántico que desconcierta a las autoridades de ambas orillas. Porque la heroína que entra en España ya no sólo viene de la ruta clásica, la del norte, la del opio afgano con parada en Holanda. La nueva vía de entrada, la del Sáhara, aún reciente, no está activa a ojos de la policía española. Pero la heroína que se transporta por aquí ya se fuma en algunos narcopisos de los barrios madrileños de Villaverde o Vallecas, donde la policía ya desmanteló nueve de estas viviendas okupadas el pasado mes de noviembre. «La producen en Colombia y Bolivia», detalla el transportista sobre la mercancía. «Después va en barco hasta Cabo Verde y de allí hasta la parte del Sáhara de Mauritania. Son los inmigrantes subsaharianos que están haciendo el camino hacia el norte de Marruecos los que la traen en grandes caravanas. Algunos de estos kilos que llegan los mandan a España. Los he visto salir en motos de agua: 30 kilos escondidos en las gomas como si llevaran hachís. Y hasta en cápsulas en los estómagos de los inmigrantes que van en patera», comenta sobre un método importado de las mulas que viajan en avión de Colombia a EEUU.

AHORA SE FUMA Y ESO HA CAMBIADO EL PERFIL DE LOS NUEVOS YONQUIS. SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN DROGA AMABLE
Después los narcos del sur suben la droga en todoterrenos hasta ciudades como Madrid, Toledo y diversos puntos de Castilla y León, donde venden el gramo a 15 o 20 euros. Cuando llega a la calle, debidamente cortada, el precio puede haberse duplicado. Para conocer más detalles sobre la ruta hay que viajar 180 kilómetros al este de Jebha y llegar hasta la ciudad de Tánger, donde el repunte de la heroína está cada vez más presente en las calles. Todos los subsaharianos que malviven en el antiguo protectorado español tienen algo en común: hasta el más sano busca y encuentra sus métodos de evasión. Antes le pegaban duro al alcohol y al hachís. Ahora es la heroína la que calma sus agónicas esperas hasta poder cruzar a su idealizada Europa. Fouzia Bouzitoune, el director de la ONG Hasnouna, que lucha contra la drogadicción, alertó hace unas semanas de que ya hay más de 3.000 personas adictas a la heroína en la región de Tánger. Entre las cifras que maneja no se encuentra la población subsahariana, aunque son ellos los que más la mueven y la consumen. «Ahora la heroína está entrando muy fuerte desde el desierto, se vende barata y es una buena forma que tenemos de ganar algo de dinero para pagar nuestro viaje en patera hacia España», cuenta Roli, uno de los nigerianos más veteranos, que lleva casi una década moviéndose en el norte de Marruecos. «Algunas mafias obligan a los inmigrantes a traer la droga desde el sur para pagar la deuda del viaje. La mayoría de la heroína se queda en Marruecos, pero cada vez está saliendo más para Europa». Joseph y sus amigos van hasta el centro de Tánger para comprar un pollo de heroína (un gramo) por 100 dirhams (10 euros) a un compatriota camerunés. El camello se la vende en forma de pequeña roca blanca y limpia. «Si no fumas, no eres africano», bromean los muchachos. Ninguno se pincha. Ahora todos la inhalan usando su propia pipa de agua casera. Los cameruneses siempre se encierran a fumar en uno de sus pisos del norte de Tánger, en el barrio de Boukhalef, una promoción de viviendas de protección oficial levantadas hace una década para marroquíes con pocos recursos. La mayoría están hoy abandonadas. Por ello hay una nueva mafia de subsaharianos que se dedican a abrir estas casas, a cambiar las cerraduras y a alquilárselas a sus compatriotas.

LAS MAFIAS OBLIGAN A LOS INMIGRANTES A TRAER LA HEROÍNA DESDE EL SUR DE ÁFRICA PARA PAGAR LA DEUDA DE SU VIAJE
Con el estómago lleno, después de un plato de pollo con verduras, los cameruneses empiezan a manufacturar. Cada uno fabrica su propia pipa. Joseph lo hace con un pequeño bote de Simon Life con agua, un boli Bic y papel de aluminio. Encima del papel, como si fuera una cachimba, vierte las cenizas de un cigarro y de un canuto de hachís para después depositar en medio un trozo de la roca de heroína. Otro de los chicos, Medran, utiliza una jeringuilla cortada por la mitad que usa como boquilla. Michael, el único que lleva rastas y al león africano en forma de anillo en su dedo, se quita todas sus pulseras y colgantes -propios de la santería de su país- y los coloca sobre la mesa antes de empezar a consumir. Los chicos fuman muy rápido, alargando las caladas hasta que se llenan los pulmones de humo, con ansia, como el crío que se fuma su primer cigarrillo. El efecto no tarda en llegar al cerebro y la evasión aparece acompañada de mucho silencio.UNA NIÑA ENTRE YONQUISDentro de la pompa provocada por la heroína, la escena se vuelve aún más bizarra cuando aparece la pequeña Cosima. Apenas tiene año y medio. La niña juega entre las piernas de los cameruneses. Su biberón está encima de la mesa, al lado de las pipas de heroína y de una botella de Sprite. Cosima es la hija de la novia de Joseph, una joven de 16 años que tiene una carta de la ONU con el sello de aprobación de Rabat que certifica su condición de refugiada política en Marruecos. La escena de la niña jugando rodeada de hombres colocados cerraría la primera parte de una historia humana de evasión dentro de un viaje migratorio de 5.800 kilómetros que parece no tener fin. La otra parte, la de la droga, continuaría al otro lado del Estrecho, a tan sólo 39 kilómetros en línea recta del barrio de Boukhalef. «La heroína entra por todos sitios, pero todavía no hemos detectado que haya una gran organización activa y establecida de colombianos y marroquíes que la llevan desde Marruecos a la Península. Por ahora lo que sabemos que puede salir de allí es algo puntual», aseguran fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional. Los agentes insisten que casi toda la heroína que entra en España sigue llegando por la ruta clásica. Según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el año pasado salieron de Afganistán 9.000 toneladas de opio (3.000 más que el año anterior). Con 10 kilos de opio se produce un kilo de morfina, que con un litro de anhídrido acético se convierte, a su vez, en un kilo de heroína. Haciendo la proporción quedan 900 toneladas de heroína con un 70% de pureza que se vende al público.

HAY MÁS HEROÍNA EN LAS CALLES, MÁS OFERTA Y MÁS FACILIDAD PARA ENCONTRARLA
«Va por el norte de Irán, Irak, Siria hasta Turquía. De allí entra por la frontera terrestre hasta Bulgaria, donde ya se distribuye por toda Europa», aseguran desde la Brigada de Estupefacientes, donde detallan que, antes de llegar a España, esta heroína siempre hace una primera parada en Holanda. «Nuestra espinita siempre es la misma: los Países Bajos. Su legislación dificulta que tengamos más información. Hace unos meses intervinieron 1.100 kilos de heroína, pero no nos facilitaron ningún dato para que podamos seguir la pista». En Madrid, en el barrio de Carabanchel, encontramos a un hombre de etnia gitana que distribuye la heroína en el sur de la capital. Explica que ahora trabajan con la droga bajo pedido, que a él se la traen en dobles fondos en camiones y coches las mafias turcas, búlgaras o kurdas, que son las que se dedican al transporte. En la capital son los gitanos y mercheros los que la distribuyen directamente a los clientes, al contrario que en comunidades como Cataluña, donde son los paquistaníes los que se encargan del transporte de la heroína y de su distribución al consumidor. «Yo contacto muchas veces con un turco, le digo la cantidad de mercancía que necesito y él viaja hasta Holanda para negociar. Después viene a verme y me da el precio de toda la operación», cuenta el camello de Carabanchel. Si se pregunta en barrios como en Embajadores, algunos vendedores de caballo confirman que les está llegando la droga de la ruta africana, aunque desconocen el recorrido. Ellos hablan de esta heroína como «la que traen los marroquíes, de peor calidad pero más barata».Todos los señores del caballo coinciden en que si aparecen estas nuevas rutas es porque hay más demanda. Y aquí es donde aparece la pregunta que los medios de comunicación se llevan haciendo los últimos meses: ¿realmente está aumentando el consumo de heroína en España? Los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes tienen la respuesta: «Las fuentes oficiales dicen que no. Pero nosotros creemos que no se está mirando en la dirección adecuada. Hay más heroína en las calles, más oferta y más facilidad para encontrarla.Se está convirtiendo en una droga más amable, que ahora se fuma y eso ha hecho cambiar el perfil de los consumidores, de los nuevos yonquis, que ya no entran en los programas de desintoxicación y por ello aún no ha saltado la alarma». Ya sea por la ruta afgana o la africana, todos los protagonistas de este reportaje lo confirman: el veneno blanco ha vuelto.

REPAREM BEM QUEM É QUE ANDA ENVOLVIDO NA INTRODUÇÃO DO VENENO DA DROGA.COITADINHOS DE AFRICANOS IMIGRANTES E CIGANOS...MAS DEPOIS SÃO OS POLÍCIAS QUE SE SENTAM NO BANCO DOS RÉUS...PARA FICAREM NAS MÃOS DAQUELAS GAJAS QUE NÃO GOSTAM DE MASCULINIDADES TARDIAS OU COMBATE ÀS INVASÕES...TUDO URDIDO PELOS ADVOGADOS DA REPÚBLICA DE ADVOGADOS!

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