Imigrante que vive há 24 anos no Reino Unido recebeu ordem para sair do país
Mulher holandesa com dois filhos nascidos no Reino Unido viu ser recusada a candidatura à nacionalidade britânica.
PÚBLICO 28 de Dezembro de 2016, 20:24 Partilhar notícia
Uma mulher holandesa, que vive há 24 anos no Reino Unido, tem uma história para contar sobre o "Brexit" que é, no mínimo, caricata: recebeu ordem das autoridades para sair do país, depois de pedir a nacionalidade britânica. Segundo relata o jornal britânico Guardian, as dificuldades práticas que Monique Hawkins tem enfrentado junto das autoridades da Administração Interna não são um caso isolado.
Apesar de ser casada com um britânico e de ter dois filhos já nascidos no Reino Unido, a cidadã holandesa não tem direito automático à nacionalidade britânica. Decidiu pedi-la só depois do referendo que deu a vitória ao "Brexit", por temer que os seus direitos viessem a diminuir no país.
Para ter acesso à nacionalidade, Monique Hawkins teve de pedir primeiro uma autorização permanente de residência, o que implica preencher um formulário de 85 páginas. É aqui que começa o calvário burocrático da imigrante holandesa. Não conseguiu entregar no processo o passaporte original pelo facto de o seu pai ter morrido recentemente e por ter de continuar a viajar para a Holanda para dar apoio à mãe.
As autoridades da Administração Interna rejeitaram a sua candidatura e enviaram-lhe uma carta que não teve em conta a sua permanência no território. “Como parece não ter uma base alternativa para ficar no Reino Unido deve tomar providências para sair”, segundo a carta.
Quando Monica Hawkings telefonou para o departamento para contestar a decisão – transmitida quatro meses após a candidatura – foi-lhe dito que não havia forma de contra-argumentar, nem por telefone nem por correio electrónico. O episódio pareceu-lhe tão absurdo como um sketch dos Monty Python, relatou. A imigrante acabou por fazer uma queixa por escrito sobre a forma como foi tratada.
Residente em Surrey, no sudeste de Inglaterra, a engenheira de software revela que nunca lhe passou pela cabeça ser deportada e muito menos ter uma experiência tão absurda. Foi-lhe dito que não podia falar do caso com ninguém e que não estava habilitada a fazer uma queixa às autoridades inglesas.
A causa da recusa da candidatura terá sido a falta de apresentação do passaporte, mas a holandesa argumenta que não poderia ficar sem o documento durante seis meses, o tempo que o processo poderia demorar. Enviou uma fotocópia, o que será permitido pelas regras.
A estes problemas administrativos – que parecem afectar milhões de imigrantes britânicos – soma-se o ambiente pesado que se vive no pós-referendo e que está fazer com que muitos regressem a casa. É o caso do espanhol Santiago Ayuso que regressa a Madrid, depois de cinco anos a viver em Bristol.
O jovem professor contou ao El País que foi alvo de comentários racistas, depois do referendo em Junho e apesar de ter emprego e de estar integrado na comunidade achou que era melhor voltar para Espanha. Quando, no princípio de Novembro, os conservadores anunciaram que iriam pedir uma lista de trabalhadores e estudantes estrangeiros Ayuso pensou: “Onde é que eu estou a viver?”. Agora, apesar de considerar que a situação económica no seu país de origem não está muito melhor, Ayuso diz estar preparado para a mudança. “Vamos ficar bem, aqui vai ser melhor”, disse ao jornal espanhol.
COITADINHO DO PROFESSOR ESPANHOL.VEJAM COM MAIS DETALHE:
Españoles que regresan por el ‘Brexit’
Santiago Ayuso vuelve a casa por Navidad y no se plantea retornar a Inglaterra, donde ha vivido 5 años, porque el 'Brexit' ha vuelto el ambiente "agotador"
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Santiago Ayuso ha vivido cinco años en Bristol. O. DELLEURME / R. BLANCO / Á. DE LA RÚA
OCÉANNE DELEURME
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Madrid 28 DIC 2016 - 14:08 CET
Este año Santiago Ayuso no solo vuelve a España por la Navidad. Vuelve para quedarse. Vuelve por el Brexit. Cuando se despertó al día siguiente del referéndum, el 24 de junio, y vio que la salida de la Unión Europea había ganado con un 52% de los votos, sintió una gran tristeza. “Estaba colaborando con Momentum, una campaña que apoyaba al laborista Jeremy Corbin para el Remain (quedarse), y fue un palo muy grande, me sentí desilusionado, desolado”, admite. Y después de cinco años y tres meses viviendo en Bristol, decidió regresar a España.
En 2011, la situación laboral y social en España no era muy halagüeña. Fue lo que empujó a este madrileño de 33 años a dejar su país natal para instalarse y trabajar en Reino Unido. “Me fui también porque quería investigar y hay que admitir que casi todos los ensayos universitarios reconocidos que se publican, se escriben en inglés. Todo esto solo me lo podía deparar Inglaterra”, asegura. Como él hasta hace poco, unos 200.000 españoles viven en Reino Unido. Miles de personas vistas como “amenazas” por muchos británicos que votaron a favor del ‘Brexit’.
El partido eurófobo UKIP, liderado por Nigel Farage hizo una agresiva campaña durante el referéndum con un discurso tajante contra la inmigración y por el control de las fronteras. “¡Es falso! Es falso lo que dicen sobre los trabajadores extranjeros”, se defiende Ayuso. “Hay una contradicción en sus discursos: dicen que los extranjeros vienen a robar el trabajo y a cobrar ayudas sociales, pero el perfil de un extranjero que busca trabajar en Reino Unido es el de un joven saludable, una persona con estudios… pocos benefits van a sacar de la Seguridad Social. Además estas personas ayudan a sostener la economía de las pensiones, porque tienen sueldos altos y pagan impuestos”, razona el profesor madrileño.
Ayuso empezó como camarero hasta mejorar su nivel de inglés y poder enseñar como profesor suplente en distintos colegios. Todo iba bien, se había construido un círculo de amigos y no extrañaba tanto España. Le había surgido la posibilidad de hacer un doctorado en Cambridge y, de haberse quedado, su novia, Sara, se hubiera ido a trabajar como nutricionista. Pero el Brexit fue la gota que colmó el vaso. O más bien, “la paja que rompió la joroba del camello”, traduce Ayuso literalmente de la expresión inglesa.
Bristol, pese a que más de un 61% de sus habitantes votaron a favor de permanecer en Europa, pasó de ser una tierra acogedora a una tierra extraña, donde el joven madrileño no se sentía bienvenido. “Estaba en una clase de rugby y propuse un juego a los chavales. Uno me dijo: 'Bloody mexican, your father is dead' (maldito mexicano, tu padre es hombre muerto). Por supuesto no creo que el niño lo hubiera razonado como un adulto pero es bastante descorazonador. Significa que los adultos no se cortan y legitiman esta política de antiinmigración”, lamenta Ayuso. Y esto, añadido al discurso xenófobo y racista de algunos políticos y al aumento de la hostilidad hacia los extranjeros, le terminó de convencer para volver.
De acuerdo con un informe publicado por el Gobierno británico, el número de delitos de odio se disparó un 41% en el pasado julio tras el referéndum respecto al mismo mes del año pasado. Los amigos de Ayuso también sufrieron este tipo de comentarios. “Unos chavales ingleses empezaron a increpar a mis amigos en un bus. Estaban bebiendo y cantando el Brexit. Les dijeron 'fucking Spanish, go home!' (putos españoles, idos a casa) y que no hablaran español, porque no era su casa. Entonces en la siguiente parada mis amigos tuvieron que bajarse para evitar problemas. Al final, se crea una sensación de pesadez, de miedo, de racismo… un ambiente agotador”, subraya Ayuso. A principios de noviembre cuando los conservadores dijeron que iban a solicitar una lista de trabajadores y de estudiantes extranjeros, se dijo: ”¿Donde estoy viviendo?”. Reino Unido renunció finalmente a esta medida, pero reservándose el derecho a hacer listas de extranjeros a título confidencial y para identificar los sectores que a corto plazo podrían requerir una mayor mano de obra.
Ahora que ha vuelto, el profesor tampoco considera que España esté mejor, pero dice estar más preparado y con ganas de formar parte del “cambio”. Dice que con Trump en Estados Unidos, el populismo en Europa, la derechización de países como Hungría y Polonia, y lo que se viene en Francia, siente que puede aportar a la causa de defender sus ideales humanistas. Por ahora, distribuye currículos en colegios de la capital y visita a amigos y familiares. “Vamos a estar bien, aquí va a ser mejor”, asegura su novia mientras aprovechan de los últimos rayos de luz que iluminan la Puerta del Sol en una fría tarde de diciembre.
PORTANTO O QUERIDO ANDAVA A FAZER INTERNACIONALISMO LÁ NO REINO UNIDO E LIXOU-SE...
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