Tres reclusos han sido ejecutados en la horca en Japón sin que se les hubiese comunicado previamente el momento en que iban a ser colgados, como es la práctica habitual en este país
Esta es la segunda vez que se aplica la pena capital en Japón en lo que va de año, y la tercera desde que fue elegido primer ministro de Japón Shinzo Abe, quien se encuentra de viaje oficial en la India. Desde que a finales de septiembre Abe fue elegido primer ministro, un total de diez prisioneros han sido ejecutados en Japón.
Como es habitual, el Ministerio nipón de Justicia no divulgó los nombres de los presos ejecutados, a los que tampoco se informó con anterioridad del momento en que iban a ser conducidos a la horca.
Sin embargo, la agencia de noticias nipona Kyodo News informó de que se trata de Hifumi Takezawa, de 69 años de edad; Yoshio Iwamoto, de 63; y Kozo Segawa, de 60. Todos ellos estuvieron implicados en casos de asesinato y dos de ellos, también, en delitos de robo, según datos de Amnistía Internacional.
Un centenar de presos están en Japón en el corredor de la muerte a la espera de ser ejecutados, algo que en este país se aplica siempre en la horca.
Con el nuevo Gobierno de Abe comenzó el principio del fin de la oficiosa moratoria de la pena capital vigente en Japón debido a la salida de Seiken Sugiura, titular de Justicia del anterior Ejecutivo, y cuyas creencias budistas le impedían firmar sentencias de muerte.
Japón, considerado un ejemplo de civilización, mantiene la pena capital ante la indiferencia de los medios de comunicación, las protestas de las ONG y el beneplácito de la población, que según las encuestas apoya las ejecuciones en los casos de crímenes crueles.
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