Saturday, August 24, 2019
NAS PRÓXIMAS LEIÇÕES HÁ QUE VOTAR EM QUEM DEFENDA A NOSSA IDENTIDADE NACIONAL.E ATÉ AO MOMENTO É DIFÍCIL DESCORTINAR EM QUEM.SÃO TODOS MUITO INTERNACIONALISTAS...
«Le changement démographique des États-Unis renforce sa polarisation politique»
Par PAUL MAY Mis à jour le 23/08/2019 à 17:38 Publié le 23/08/2019 à 17:38
«Le changement démographique des États-Unis renforce sa polarisation politique»
TRIBUNE - Outre-Atlantique, l’appartenance ethnique influence de plus en plus les choix électoraux, explique Paul May, professeur à l’université du Québec à Montréal (UQAM).
Parmi les nombreux sujets débattus, aux États-Unis, lors des primaires du Parti démocrate en vue de la présidentielle de 2020, les candidats ont discuté de la meilleure stratégie pour reconquérir l’électorat blanc des classes moyenne et populaire, qui a massivement voté pour Donald Trump lors de la dernière élection présidentielle
SE NÃO SE QUEBRAR ESSA UNANIMIDADE TRAIDORA É O REGIME QUE TEM QUE SER DEITADO ABAIXO...
A COLONIZAÇÃO AFRICANA COM BASE EM "REFUGIADOS DA TRETA".E SÃO LOGO TODOS BONS SELVAGENS...SEM NENHUM PECADO ORIGINAL...
Naufragios de conveniencia
JM RUIZ SOROA
Sábado, 24 agosto 2019 - 02:13
El autor explica el 'fraude de ley' que se comete cuando se refiere a los inmigrantes irrregularres que llegan vía marítima como náufragos para exigir que les asista la legislación marina
En la situación de los rescatados por el buque Open Arms, y en general de los migrantes deseosos de llegar a Europa que se hacen a la mar desde las costas de Libia, inciden dos tipos de normas jurídicas muy diversas en su origen y en su finalidad.
Por un lado, está la legislación marítima uniforme de origen internacional (fundamentalmente los Convenios de Salvamento de 1910/1989 y el Convenio Search and Rescue) que establecen la obligación del capitán de cualquier buque de prestar ayuda a los náufragos o personas en peligro que encuentre en la mar, rescatándolas y conduciéndolas a un lugar o puerto seguro. Es la norma que han invocado los rescatadores de la ONG (la "ley del mar", dicen) para reclamar que se les permitiera acceder a un puerto europeo mediterráneo y desembarcar allí a los migrantes. Aunque en puridad, aunque no queremos hacer cuestión del punto, el concepto de safe port en el Derecho Marítimo no excluiría a los puertos libios como se afirma un tanto apriorísticamente, menos a los tunecinos.
Pero, por otra parte, está la legislación nacional referente a un tema tan sensible como la inmigración, en la que los Estados europeos (por muchas variantes que existan entre ellos) mantienen en principio su soberanía como capacidad para controlar el ingreso de migrantes por sus fronteras, sobre la base de un principio general: la inmigración irregular o no autorizada debe ser evitada. Un principio que puede contradecir los valores últimos del cosmopolitismo que está en la base de la democracia liberal (por eso es tan antipático) pero que no puede abandonarse sin más so pena de poner en riesgo la supervivencia del marco estatal que hace posible la democracia misma hoy por hoy. La realidad implacable limita el principio impecable, Rafael del Águila lo explicaba muy bien.
Pues bien, resulta bastante patente que cuando los migrantes procedentes de Libia, o más bien las redes organizadas que les controlan, se (les) lanzan al mar en embarcaciones carentes de las más mínimas condiciones de navegabilidad para transportar personas con seguridad hasta puerto europeo, lo que están haciendo es colocarles deliberadamente en la situación de náufragos potenciales inmediatos. Estos no son unos náufragos consecuenciales a un accidente marítimo, que son aquellos en los que piensa el Convenio Uniforme, sino unos "náufragos de conveniencia". Y me explico: la navegación marítima ha sido desde antiguo un ambiente espacial propicio a los fenómenos de adopción interesada de apariencias jurídicas ficticias, tales como las llamadas "banderas de conveniencia": países insignificantes que concedían y conceden su bandera a buques de armadores interesados en escapar a las regulaciones fiscales, laborales y de seguridad vigentes en el país donde radica la auténtica relación substancial con el buque y su explotación. Pues lo mismo sucede con los migrantes por mucho que lo hagan por desesperación y no por plusvalía: se convierten formalmente en náufragos para conseguir que, gracias a esa condición, y una vez salvados, se les permita ingresar en Europa sorteando la prohibición al respecto.
Así, al final, esto a lo que asistimos en aguas mediterráneas es uno de los más patentes casos de fraude de ley en el sentido técnico jurídico de la expresión (art. 6-4º Código Civil) que cabe imaginar: pues se recurre intencionadamente a crear las apariencias de un supuesto de hecho regulado de una determinada manera en una ley especial... para escapar así de la aplicación inexorable de la ley general que realmente corresponde a esa situación fáctica subyacente; que es una de emigración y que es prohibitiva. Sortear una ley amparándose en otra. El Código Civil, y el sentido común, dicen que tal truco no puede valer.
¿Quiere ello decir que los náufragos encontrados (¿buscados?) por el Open Arms deberían haber sido abandonados a su suerte? Obvio que no, la vida humana está muy por encima de tal consideración, y los falsos náufragos del Open Arms debían ser auxiliados. De eso no hay duda, como felizmente ha sucedido al final de ese pulso torpe y emocional entre muy diversos actores a que hemos asistido. Pero lo que sí autoriza, a nuestro juicio, esta situación de fraude de ley generalizado es a que los Estados afectados intervengan para ponerle coto y para evitar que la actuación de particulares soi dissants entusiastas y bienintencionados no haga sino agravar el problema. El salvamento pasa a ser una cuestión pública reservada a la Administración cuando están en juego aspectos de interés público relevantes, como es el caso del medio ambiente. Y como debe serlo en caso de control de migrantes irregulares.
Intervenir es lo que hizo el gobierno español hace meses: por eso, el buque Open Arms fue despachado por la Autoridad Marítima con la condición taxativa de que no se dedicara al rescate de náufragos, menos aún en aguas libias. No por capricho, sino por la fundada sospecha de que su presencia en esas aguas fomentaría que personas potenciales migrantes se pusieran en peligro a sí mismas con la esperanza de ser rescatadas. Pero sus armadores decidieron por su cuenta que eso de cumplir con la ley puede ser algo muy discutible cuando en el otro lado de la balanza se pone nada menos que a la humanidad doliente, e incumplieron la prohibición. Lo que no evita que después clamen por el cumplimiento de otra ley (aunque da la impresión de que no quieren en ningún caso volver a puerto español con su buque, sospechando sin duda la sanción que les espera). Es un fenómeno al que estamos acostumbrados en España, la de la facilidad con que se admite argumentativamente que las leyes pueden ser incumplidas si uno encuentra un valor superior para tumbarla: la democracia, en un caso bien conocido, la humanidad ahora.
El caso termina y los desatados sentimientos de simpatía descansan. Pero lo que quedará es que habrá náufragos de conveniencia (y algunos morirán por ello) mientras tengan la esperanza confirmada de que habrá unos rescatadores esperándoles ahí fuera. Un bucle mortífero insostenible que por algún lado hay que cortar.
Jm Ruiz Soroa es profesor titular (jub) de Derecho Marítimo en la UPV.
QUEM NÃO É POR NÓS É CONTRA NÓS.OU SEJA OS ALEGADOS DEFENSORES DO ZÉ POVINHO SÃO OS QUE O ANDAM A TRAIR...
JM RUIZ SOROA
Sábado, 24 agosto 2019 - 02:13
El autor explica el 'fraude de ley' que se comete cuando se refiere a los inmigrantes irrregularres que llegan vía marítima como náufragos para exigir que les asista la legislación marina
En la situación de los rescatados por el buque Open Arms, y en general de los migrantes deseosos de llegar a Europa que se hacen a la mar desde las costas de Libia, inciden dos tipos de normas jurídicas muy diversas en su origen y en su finalidad.
Por un lado, está la legislación marítima uniforme de origen internacional (fundamentalmente los Convenios de Salvamento de 1910/1989 y el Convenio Search and Rescue) que establecen la obligación del capitán de cualquier buque de prestar ayuda a los náufragos o personas en peligro que encuentre en la mar, rescatándolas y conduciéndolas a un lugar o puerto seguro. Es la norma que han invocado los rescatadores de la ONG (la "ley del mar", dicen) para reclamar que se les permitiera acceder a un puerto europeo mediterráneo y desembarcar allí a los migrantes. Aunque en puridad, aunque no queremos hacer cuestión del punto, el concepto de safe port en el Derecho Marítimo no excluiría a los puertos libios como se afirma un tanto apriorísticamente, menos a los tunecinos.
Pero, por otra parte, está la legislación nacional referente a un tema tan sensible como la inmigración, en la que los Estados europeos (por muchas variantes que existan entre ellos) mantienen en principio su soberanía como capacidad para controlar el ingreso de migrantes por sus fronteras, sobre la base de un principio general: la inmigración irregular o no autorizada debe ser evitada. Un principio que puede contradecir los valores últimos del cosmopolitismo que está en la base de la democracia liberal (por eso es tan antipático) pero que no puede abandonarse sin más so pena de poner en riesgo la supervivencia del marco estatal que hace posible la democracia misma hoy por hoy. La realidad implacable limita el principio impecable, Rafael del Águila lo explicaba muy bien.
Pues bien, resulta bastante patente que cuando los migrantes procedentes de Libia, o más bien las redes organizadas que les controlan, se (les) lanzan al mar en embarcaciones carentes de las más mínimas condiciones de navegabilidad para transportar personas con seguridad hasta puerto europeo, lo que están haciendo es colocarles deliberadamente en la situación de náufragos potenciales inmediatos. Estos no son unos náufragos consecuenciales a un accidente marítimo, que son aquellos en los que piensa el Convenio Uniforme, sino unos "náufragos de conveniencia". Y me explico: la navegación marítima ha sido desde antiguo un ambiente espacial propicio a los fenómenos de adopción interesada de apariencias jurídicas ficticias, tales como las llamadas "banderas de conveniencia": países insignificantes que concedían y conceden su bandera a buques de armadores interesados en escapar a las regulaciones fiscales, laborales y de seguridad vigentes en el país donde radica la auténtica relación substancial con el buque y su explotación. Pues lo mismo sucede con los migrantes por mucho que lo hagan por desesperación y no por plusvalía: se convierten formalmente en náufragos para conseguir que, gracias a esa condición, y una vez salvados, se les permita ingresar en Europa sorteando la prohibición al respecto.
Así, al final, esto a lo que asistimos en aguas mediterráneas es uno de los más patentes casos de fraude de ley en el sentido técnico jurídico de la expresión (art. 6-4º Código Civil) que cabe imaginar: pues se recurre intencionadamente a crear las apariencias de un supuesto de hecho regulado de una determinada manera en una ley especial... para escapar así de la aplicación inexorable de la ley general que realmente corresponde a esa situación fáctica subyacente; que es una de emigración y que es prohibitiva. Sortear una ley amparándose en otra. El Código Civil, y el sentido común, dicen que tal truco no puede valer.
¿Quiere ello decir que los náufragos encontrados (¿buscados?) por el Open Arms deberían haber sido abandonados a su suerte? Obvio que no, la vida humana está muy por encima de tal consideración, y los falsos náufragos del Open Arms debían ser auxiliados. De eso no hay duda, como felizmente ha sucedido al final de ese pulso torpe y emocional entre muy diversos actores a que hemos asistido. Pero lo que sí autoriza, a nuestro juicio, esta situación de fraude de ley generalizado es a que los Estados afectados intervengan para ponerle coto y para evitar que la actuación de particulares soi dissants entusiastas y bienintencionados no haga sino agravar el problema. El salvamento pasa a ser una cuestión pública reservada a la Administración cuando están en juego aspectos de interés público relevantes, como es el caso del medio ambiente. Y como debe serlo en caso de control de migrantes irregulares.
Intervenir es lo que hizo el gobierno español hace meses: por eso, el buque Open Arms fue despachado por la Autoridad Marítima con la condición taxativa de que no se dedicara al rescate de náufragos, menos aún en aguas libias. No por capricho, sino por la fundada sospecha de que su presencia en esas aguas fomentaría que personas potenciales migrantes se pusieran en peligro a sí mismas con la esperanza de ser rescatadas. Pero sus armadores decidieron por su cuenta que eso de cumplir con la ley puede ser algo muy discutible cuando en el otro lado de la balanza se pone nada menos que a la humanidad doliente, e incumplieron la prohibición. Lo que no evita que después clamen por el cumplimiento de otra ley (aunque da la impresión de que no quieren en ningún caso volver a puerto español con su buque, sospechando sin duda la sanción que les espera). Es un fenómeno al que estamos acostumbrados en España, la de la facilidad con que se admite argumentativamente que las leyes pueden ser incumplidas si uno encuentra un valor superior para tumbarla: la democracia, en un caso bien conocido, la humanidad ahora.
El caso termina y los desatados sentimientos de simpatía descansan. Pero lo que quedará es que habrá náufragos de conveniencia (y algunos morirán por ello) mientras tengan la esperanza confirmada de que habrá unos rescatadores esperándoles ahí fuera. Un bucle mortífero insostenible que por algún lado hay que cortar.
Jm Ruiz Soroa es profesor titular (jub) de Derecho Marítimo en la UPV.
QUEM NÃO É POR NÓS É CONTRA NÓS.OU SEJA OS ALEGADOS DEFENSORES DO ZÉ POVINHO SÃO OS QUE O ANDAM A TRAIR...
E MARAVILHA DAS MARAVILHAS É O PAPA QUE QUER ACABAR COM TUDO...
Juan Eslava Galán: "Europa se va a la mierda y en 50 años caerá, la inmigración musulmana es inasimilable"
¿Qué le interesa más del presente?
Vivimos la decadencia de Occidente. Hemos hecho dejación de todo: Europa se va a la mierda; en cuestión de 50 años caerá como el Imperio Romano. Diré algo políticamente incorrecto, pero que a esta edad me lo puedo permitir: la inmigración musulmana es inasimilable, y con ella estamos recurriendo a nuestro suicidio como cultura.
E NO NOSSO CASO É O DOIS EM UM :OLHEM O MAMADOU BAH QUE JÁ DEVE ANDAR A TRATAR DE TER MAIS POLÍCIAS ESCURINHOS NÃO VÁ O BRANCO REFILAR MUITO...
¿Qué le interesa más del presente?
Vivimos la decadencia de Occidente. Hemos hecho dejación de todo: Europa se va a la mierda; en cuestión de 50 años caerá como el Imperio Romano. Diré algo políticamente incorrecto, pero que a esta edad me lo puedo permitir: la inmigración musulmana es inasimilable, y con ella estamos recurriendo a nuestro suicidio como cultura.
E NO NOSSO CASO É O DOIS EM UM :OLHEM O MAMADOU BAH QUE JÁ DEVE ANDAR A TRATAR DE TER MAIS POLÍCIAS ESCURINHOS NÃO VÁ O BRANCO REFILAR MUITO...
Friday, August 23, 2019
VEJO QUE OS INGLESES SÓ QUEREM PRINCESAS E QUE OS HOLANDESES , NORUEGUESES, DINAMARQUESES E SUECOS CONSIDERAM QUE ESTÃO CHEIOS
Seis países de la UE acuerdan acoger a los 356 inmigrantes del buque ‘Ocean Viking’
El primer ministro de Malta ha anunciado que Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumanía recibirán a los náufragos del buque noruego
~~~~~~~~~~~~~~~
España rechaza nuevos repartos de inmigrantes tras el ‘Open Arms’
El primer ministro de Malta ha anunciado que Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumanía recibirán a los náufragos del buque noruego
~~~~~~~~~~~~~~~~
Joseph Muscat
@JosephMuscat_JM
#Malta will transfer these persons to @Armed_Forces_MT vessels outside territorial waters, and will take them onshore. All #migrants will be relocated to other Member States: France, Germany, #Ireland, #Luxembourg, #Portugal and #Romania. None will remain in Malta -JM 2/2
10:52 - 23 août 2019
POR CÁ QUANTOS MAIS MELHOR EVIDENTEMENTE.QUEREMOS FICAR RICOS...E FALAR DA ESCRAVATURA E DO RACISMO...OU ARMAZENAR COMIDA PARA UMA FUTURA FOME...
PS
JÁ OS ROMENOS DEVEM QUERER COMPENSAR A FUGA DOS SEUS CIGANOS PARA CÁ...
El primer ministro de Malta ha anunciado que Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumanía recibirán a los náufragos del buque noruego
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España rechaza nuevos repartos de inmigrantes tras el ‘Open Arms’
El primer ministro de Malta ha anunciado que Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumanía recibirán a los náufragos del buque noruego
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Joseph Muscat
@JosephMuscat_JM
#Malta will transfer these persons to @Armed_Forces_MT vessels outside territorial waters, and will take them onshore. All #migrants will be relocated to other Member States: France, Germany, #Ireland, #Luxembourg, #Portugal and #Romania. None will remain in Malta -JM 2/2
10:52 - 23 août 2019
POR CÁ QUANTOS MAIS MELHOR EVIDENTEMENTE.QUEREMOS FICAR RICOS...E FALAR DA ESCRAVATURA E DO RACISMO...OU ARMAZENAR COMIDA PARA UMA FUTURA FOME...
PS
JÁ OS ROMENOS DEVEM QUERER COMPENSAR A FUGA DOS SEUS CIGANOS PARA CÁ...
JÁ O PRÍNCIPE HARRY QUE ESCOLHEU UMA PRETINHA EM SEGUNDA MÃO NUNCA TERIA TÃO MÁ IMPRENSA.EMBORA O ANDRÉ NÃO TENHA MEXIDO EM NENHUMA VAGINA CLARO...
FAMÍLIA REAL BRITÂNICA
André terá recebido massagens na casa de Epstein
Uma troca de emails entre Evgeny Morozov e o agente mostra que o princípe André esteve a receber massagens de duas jovens na casa do multimilionário acusado de abusos.
O PUTEDO INTERNACIONALISTA A VIVER DO BEM BOM DO CONTRIBUINTE.NESTE CASO DO REINO UNIDO...
André terá recebido massagens na casa de Epstein
Uma troca de emails entre Evgeny Morozov e o agente mostra que o princípe André esteve a receber massagens de duas jovens na casa do multimilionário acusado de abusos.
O PUTEDO INTERNACIONALISTA A VIVER DO BEM BOM DO CONTRIBUINTE.NESTE CASO DO REINO UNIDO...
ISTO DE MIGRAÇÃO REGULADA DÁ PARA OS MIGRANTES ECONÓMICOS SEREM EQUIPARADOS A REFUGIADOS
“Chegámos à Europa e rezo a Deus para ter um emprego para te ajudar, mãe”. A vida no navio que salvou 356 refugiados no Mediterrâneo
E A CGTP NÃO REFILARÁ DA DIVISÃO INTERNACIONALISTA MESMO SEM SABER QUEM SÃO OS ENRIQUECEDORES...35 VACAS SAGRADAS QUE VÃO CHEGAR.AGORA SERÁ SÓ RACISMO E ESCRAVATURA...
E A CGTP NÃO REFILARÁ DA DIVISÃO INTERNACIONALISTA MESMO SEM SABER QUEM SÃO OS ENRIQUECEDORES...35 VACAS SAGRADAS QUE VÃO CHEGAR.AGORA SERÁ SÓ RACISMO E ESCRAVATURA...
AINDA VAMOS TER UNS ACTIVISTAS A DEFENDER A COLONIZAÇÃO AFRICANA COMO RESERVA DE ALIMENTO...
How the cannibalism taboo sets humans apart from the rest of the animal kingdom
0 August 22, 2019 7:14 pm
How the cannibalism taboo sets humans apart from the rest of the animal kingdom
Vulnerable spadefoot tadpoles eat their smaller competitors to speed towards toadhood as quickly as possible. Gulls and pelicans are among bird
Gulls and pelicans are among bird species that eat hatchlings for food or to prevent the spread of disease.
In insect species such as the praying mantis or the Australian redback spider, males offer their bodies as a final gift to females after mating.
It’s more common than you’d think in mammals too. Many rodent mothers may eat some of their young if they’re sick, dead, or too numerous to feed.
Bears and lions kill and eat the offspring of adult females to make them more receptive to mating.
Chimpanzees sometimes cannibalise unlucky rivals, usually infants, seemingly for the mere opportunity of some extra protein.
For humans though, cannibalism is the ultimate taboo. In fact, our aversion to cannibalism is so strong that consent and ethics count for little.
Chimpanzees sometimes cannibalise unlucky rivals, usually infants, seemingly for the mere opportunity of some extra protein, the researchers say. File photo
In one of our own experiments, participants were asked to consider the hypothetical case of a man who gave permission to his friend to eat parts of him once he died of natural causes.
Participants read that this occurred in a culture that permitted the act, that the act was meant to honour the deceased, and that the flesh was cooked so that there was no chance of disease.
Despite this careful description, about half of the participants still insisted that the act was invariably wrong.
Even in the starkest of situations, the act of eating another human’s flesh remains almost beyond contemplation.
Survivors of the famous 1972 Andes plane crash waited until near starvation before succumbing to reason and eating those who had already died.
One survivor, Roberto Canessa, felt that to eat his fellow passengers would be ‘stealing their souls’ and descending towards ‘ultimate indignity’ – despite recalling that in the aftermath of the crash, he like many others had declared that he would be glad for his body to aid the communal survival mission.
The tragic anecdote above illuminates why humans are the exception to the animal cannibal rule. Our capacity to represent the personalities of the living and the departed is unparalleled.
This deep connection between personhood and flesh can mean that careful reasoning in certain situations over the merits of cannibalism is overridden by our feelings of repulsion and disgust.
So why our disgust for human flesh but not that of other animals? Philosopher William Irvine has us imagine a ranch that raises plump babies for human consumption, much like we fatten and slaughter cattle for beef.
Irvine suggests that the same arguments we apply to justify the killing of cows also apply to babies. For example, they wouldn’t protest, and they’re not capable of rational thought.
Although Irvine is not seriously advocating eating babies, the scenario is useful for illuminating our bias when considering the ethics of cannibalism.
From a young age, we tend to think about categories, such as humans or cows, as having an underlying reality or ‘essence’ that cannot be observed directly but that gives a thing its fundamental identity.
For example, humans are intelligent and rational thinkers, we have personalities and a desire to live, and we form bonds with each other.
This psychological essentialism is a useful shortcut to guide our expectations and judgements about members of the category – but it doesn’t work so well when the typical qualities of that category don’t apply, for example upon death.
This is why consensual post-mortem cannibalism is still met with such disgust. Even if we can bring ourselves to deem it morally acceptable, we can’t silence our thoughts about the person it came from.
The way we interact with animals shapes the way we categorise them. Research shows that the more we think of animals as having human properties – that is, as being ‘like us’ – the more we tend to think they’re gross to eat.
Adapting to the unfamiliar
Though accusations of cannibalism have often been falsely made to demonise groups, it isn’t absent from human history.
The Fore people of Papua New Guinea were reported to have participated in funerary cannibalism, believing it better that the body was eaten by people who loved the deceased than by worms and maggots.
The researchers ask, ‘Why our disgust for human flesh but not that of other animals?’
Parts of mummies were eaten for medicinal purposes in post-Renaissance Europe.
We suspect that we could adapt to human flesh if need be. Many people develop disgust for all kinds of meat, while morticians and surgeons quickly adapt to the initially difficult experience of handling dead bodies.
Our ongoing research with butchers in England suggests that they easily adapt to working with animal parts that the average consumer finds quite disgusting.
Thankfully for most of us, there is no need to overcome our repulsion for the foreseeable future.
Some philosophers have argued that burying the dead could be wasteful in the context of the fight against world hunger – but there are much more palatable alternatives on the table than a haunch of human.
We can shift to eating more plants and less meat to conserve resources lost by feeding plants directly to livestock. Insects can meet our protein needs, and there is the prospect of cultured meat technology.
For now, we’re as happy as you are to continue accepting the ‘wisdom of repugnance’: human flesh, despite its biochemical similarities to that of other mammals, shall remain firmly off limits.
WHAT ARE THE HEALTH IMPLICATIONS OF EATING HUMAN MEAT?
Humans could have practised cannibalism for as long as 100,000 years.
Human flesh is less calorific than the meat of large prehistoric animals including woolly rhinos, red deer and mammoths, researchers found.
Scientists have previously suggested that early humans turned cannibal to get a much-needed protein boost when food was scarce.
But now they believe our early ancestors may have actually feasted on human flesh as part of a cultural or social ritual.
Anecdoral accounts suggest we taste between pork and veal.
However, eating human meat comes with a range of potential health complications, including contracting blood borne diseases such as Hepatitis or Ebola, writes Medical Daily.
Our flesh contains prions, which are versions of normal proteins that that lost their function and become infectious.
These can transform healthy proteins and cause a chain reaction of disease.
Specifically, if these proteins get in the brain they ultimately cause death.
Unlike bacteria and fungi, these prions are not eradicated by heat.
‘They could be present in any nervous tissue, including our organs and muscles. However, they are most common in the brain and spinal nerve tissues’, researchers wrote in the publication.
‘Eating human flesh isn’t always bad for us, especially if it lacks prions, but doing so carries an exceptionally high risk that’s not worth sinking your teeth into.’
PÁ O MACACO É ESPÉCIE EM EXTINÇÃO EM ÁFRICA PORQUE É COMIDO A EITO...
PORTANTO SE CÁ DER EM FOME AINDA VÃO DEFENDER QUE SE PODEM COMER PRETINHOS.COMO ELES JÁ COMERAM BRANCOS EM ÁFRICA...
0 August 22, 2019 7:14 pm
How the cannibalism taboo sets humans apart from the rest of the animal kingdom
Vulnerable spadefoot tadpoles eat their smaller competitors to speed towards toadhood as quickly as possible. Gulls and pelicans are among bird
Gulls and pelicans are among bird species that eat hatchlings for food or to prevent the spread of disease.
In insect species such as the praying mantis or the Australian redback spider, males offer their bodies as a final gift to females after mating.
It’s more common than you’d think in mammals too. Many rodent mothers may eat some of their young if they’re sick, dead, or too numerous to feed.
Bears and lions kill and eat the offspring of adult females to make them more receptive to mating.
Chimpanzees sometimes cannibalise unlucky rivals, usually infants, seemingly for the mere opportunity of some extra protein.
For humans though, cannibalism is the ultimate taboo. In fact, our aversion to cannibalism is so strong that consent and ethics count for little.
Chimpanzees sometimes cannibalise unlucky rivals, usually infants, seemingly for the mere opportunity of some extra protein, the researchers say. File photo
In one of our own experiments, participants were asked to consider the hypothetical case of a man who gave permission to his friend to eat parts of him once he died of natural causes.
Participants read that this occurred in a culture that permitted the act, that the act was meant to honour the deceased, and that the flesh was cooked so that there was no chance of disease.
Despite this careful description, about half of the participants still insisted that the act was invariably wrong.
Even in the starkest of situations, the act of eating another human’s flesh remains almost beyond contemplation.
Survivors of the famous 1972 Andes plane crash waited until near starvation before succumbing to reason and eating those who had already died.
One survivor, Roberto Canessa, felt that to eat his fellow passengers would be ‘stealing their souls’ and descending towards ‘ultimate indignity’ – despite recalling that in the aftermath of the crash, he like many others had declared that he would be glad for his body to aid the communal survival mission.
The tragic anecdote above illuminates why humans are the exception to the animal cannibal rule. Our capacity to represent the personalities of the living and the departed is unparalleled.
This deep connection between personhood and flesh can mean that careful reasoning in certain situations over the merits of cannibalism is overridden by our feelings of repulsion and disgust.
So why our disgust for human flesh but not that of other animals? Philosopher William Irvine has us imagine a ranch that raises plump babies for human consumption, much like we fatten and slaughter cattle for beef.
Irvine suggests that the same arguments we apply to justify the killing of cows also apply to babies. For example, they wouldn’t protest, and they’re not capable of rational thought.
Although Irvine is not seriously advocating eating babies, the scenario is useful for illuminating our bias when considering the ethics of cannibalism.
From a young age, we tend to think about categories, such as humans or cows, as having an underlying reality or ‘essence’ that cannot be observed directly but that gives a thing its fundamental identity.
For example, humans are intelligent and rational thinkers, we have personalities and a desire to live, and we form bonds with each other.
This psychological essentialism is a useful shortcut to guide our expectations and judgements about members of the category – but it doesn’t work so well when the typical qualities of that category don’t apply, for example upon death.
This is why consensual post-mortem cannibalism is still met with such disgust. Even if we can bring ourselves to deem it morally acceptable, we can’t silence our thoughts about the person it came from.
The way we interact with animals shapes the way we categorise them. Research shows that the more we think of animals as having human properties – that is, as being ‘like us’ – the more we tend to think they’re gross to eat.
Adapting to the unfamiliar
Though accusations of cannibalism have often been falsely made to demonise groups, it isn’t absent from human history.
The Fore people of Papua New Guinea were reported to have participated in funerary cannibalism, believing it better that the body was eaten by people who loved the deceased than by worms and maggots.
The researchers ask, ‘Why our disgust for human flesh but not that of other animals?’
Parts of mummies were eaten for medicinal purposes in post-Renaissance Europe.
We suspect that we could adapt to human flesh if need be. Many people develop disgust for all kinds of meat, while morticians and surgeons quickly adapt to the initially difficult experience of handling dead bodies.
Our ongoing research with butchers in England suggests that they easily adapt to working with animal parts that the average consumer finds quite disgusting.
Thankfully for most of us, there is no need to overcome our repulsion for the foreseeable future.
Some philosophers have argued that burying the dead could be wasteful in the context of the fight against world hunger – but there are much more palatable alternatives on the table than a haunch of human.
We can shift to eating more plants and less meat to conserve resources lost by feeding plants directly to livestock. Insects can meet our protein needs, and there is the prospect of cultured meat technology.
For now, we’re as happy as you are to continue accepting the ‘wisdom of repugnance’: human flesh, despite its biochemical similarities to that of other mammals, shall remain firmly off limits.
WHAT ARE THE HEALTH IMPLICATIONS OF EATING HUMAN MEAT?
Humans could have practised cannibalism for as long as 100,000 years.
Human flesh is less calorific than the meat of large prehistoric animals including woolly rhinos, red deer and mammoths, researchers found.
Scientists have previously suggested that early humans turned cannibal to get a much-needed protein boost when food was scarce.
But now they believe our early ancestors may have actually feasted on human flesh as part of a cultural or social ritual.
Anecdoral accounts suggest we taste between pork and veal.
However, eating human meat comes with a range of potential health complications, including contracting blood borne diseases such as Hepatitis or Ebola, writes Medical Daily.
Our flesh contains prions, which are versions of normal proteins that that lost their function and become infectious.
These can transform healthy proteins and cause a chain reaction of disease.
Specifically, if these proteins get in the brain they ultimately cause death.
Unlike bacteria and fungi, these prions are not eradicated by heat.
‘They could be present in any nervous tissue, including our organs and muscles. However, they are most common in the brain and spinal nerve tissues’, researchers wrote in the publication.
‘Eating human flesh isn’t always bad for us, especially if it lacks prions, but doing so carries an exceptionally high risk that’s not worth sinking your teeth into.’
PÁ O MACACO É ESPÉCIE EM EXTINÇÃO EM ÁFRICA PORQUE É COMIDO A EITO...
PORTANTO SE CÁ DER EM FOME AINDA VÃO DEFENDER QUE SE PODEM COMER PRETINHOS.COMO ELES JÁ COMERAM BRANCOS EM ÁFRICA...
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